sábado, 22 de octubre de 2011

Y





A esto es a lo que se refería. A un flash mal utilizado y unas sábanas mal dobladas. Una camiseta arrugada casi debajo del colchón y unas paredes blancas. A horas y horas que en realidad son segundos pero que te machacan el estómago y te hacen creer que llevas días sin comer, ni beber. Sin despertarte ni dormirte. Estas son las rayas de las que te estaba hablando la otra noche. Aquella noche (una más) en la que no la escuchaste porque pensaste que no había nada importante en una pared de color blanco y un colchón sin sábanas. Normalmente aciertas, pero esta vez no.

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