viernes, 4 de noviembre de 2011

red







La mayoría de las veces las cosas no acaban así. Tú te despistas antes de que la luz de la lámpara bañe la habitación y ella se olvida de que estás sentado en su cama. Los días en los que no necesitaba mantas se han acabado, y el hielo comienza a forrar las paredes. Por mucho rojo, el frío siempre teñirá su piel. ¡Bienvenido!