martes, 7 de junio de 2011


No me cansaré de decirlo. M no debería morirse jamás. Ni M ni todas las cosas que alguna vez ha tocado M. Ni la luz que ha visto M, ni las palabras que ha susurrado M. Ni los sueños que ha soñado M. Ni los sabores que ha probado M. Ni lo que ha pensado M, ni las sonrisas de M. No la matéis, ¡malditos!

No hay comentarios: