A M le encanta la manera que tienes de exprimir las naranjas.
Retorciéndolas hasta que no queda ni una gota de zumo.
Le encanta como lo manchas todo.
Le encanta el olor a zumo de naranja recién exprimido, y más todavía si es servido entre sábanas.
Le encanta como le tiritan las piernas al beberlo y el bienestar que siente al chupar el vaso hasta hacerlo pasar por un vaso limpio.
No pares de hacerlo nunca.
Es la vitamina de M.
Retorciéndolas hasta que no queda ni una gota de zumo.
Le encanta como lo manchas todo.
Le encanta el olor a zumo de naranja recién exprimido, y más todavía si es servido entre sábanas.
Le encanta como le tiritan las piernas al beberlo y el bienestar que siente al chupar el vaso hasta hacerlo pasar por un vaso limpio.
No pares de hacerlo nunca.
Es la vitamina de M.